Nos encontramos en un mercado persa.
El bullicio de los puestos atrae a gentes de todas partes sea cual
fuere su condición social. Aquí encontramos frutas, pescados, carnes,
pero también los artesanos ofrecen sus productos. Las mejores pieles
curtidas se utilizan para el calzado y las mejores sedas para
confeccionar telas dignas de los mejores trajes. Hasta aquí se acercan
las mujeres del pueblo a realizar sus compras, pero el mercado resulta
ser el punto de encuentro de los más diversos personajes: un grupo de
mendigos cantan pidiendo limosna, malabaristas que entretienen las
calles... pero llegan las princesas con su séquito, también los
mercaderes en camello... el califa tampoco se pierde un paseo por el
mercado.
¡Aquí se acercan los camelleros!...
¡Aquí se acercan los camelleros!...
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